PRESIDENTE ¡SIN PÚBLICO¡
- Bruno Janampa
- 19 may 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 19 may 2020

¿Alguna vez imaginaron? Una campaña electoral, y más aun tratándose de una campaña presidencial. Sin personas. Eso que jamás, se nos hubiera ocurrido pensar e imaginar, ni en los peores momentos de la débil y frágil democracia peruana, va pasar inevitablemente. La pandemia del covid- 19, es un invitado que nadie lo tenía, en nuestras vidas y se quedara por mucho tiempo. Y la democracia peruana no podía ser ajena a esa nueva realidad, que viviremos. Y, con el bicentenario a la vuelta de la esquina― aún parece inverosímil.
El folclore tradicional de nuestra clase política caricaturesca, pintoresca, criolla, y plural― en su mayoría―. Quedará desterrado por mucho tiempo.
Los “famosos baños de popularidad” que nuestros políticos de daban, en los lugares públicos. Se acabo.
Esas visitas a los mercados, con su portátil ― para sentirse un hombre del pueblo ― donde, se comían su ceviche o su chanfaina para las cámaras, agarraban el pescado y lo levantaban sonrientes para la foto, dando besos y abrazos a todas las personas que se le cruzara. Y, para terminar, se mandaban con sus bailecitos ridículos, mientras su portátil lo llenaban de aplausos.
Las visitas y caminatas, a los lugares más pobres como: los asentamientos humanos o los lugares más excluidos y alejados. Donde, los candidatos llegaban con su portátil, visitando casa por casa―con las dadivas respectivas―, y prometiendo el oro y el moro. A la vez, aprovechar la oportunidad de tomarse la respectiva fotografía, muchas veces cargando niños o con personas mayores, para sentir en carne propia la pobreza.
Ni que decir, de los mítines.
Las plazas, llenas de gigantografías, banderolas, globos, etc., etc. El lugar de encuentro, del idilio pasajero entre los candidatos y la población. Se acabo. Vayas, preparándote para las transmisiones en vivo, por cualquier red social del próximo presidente o presidenta del Perú.
¿Y, EL FUTURO?
No, hay duda que la pandemia nos trae muchos retos, no solo en el ámbito personal, profesional, sino un reto como país. El derecho de aspirar a un mejor país.
El estado de emergencia ha desnudado, todas las deficiencias de nuestro alicaído sistema público. Que años y años de crecimiento macroeconómico, no se refleja en el desarrollo del Perú. ¿Las razones? ―muchas. Partiendo de un sistema político totalmente defesado, mercantilista y caudillista. La corrupción es otra pandemia que ha hecho mucho daño al Perú, desde su creación como República. La alta y preocupante tasa de informalidad económica que hace, que 7 de cada de 10 peruanos sean informales. Y, las grandes corporaciones de medios de comunicación que tampoco colaboran.
Nuestros políticos se tienen que reinventar, su discurso demagógico y populista visitando lugares marginales, se les acabo. Tienen que hacer una reingeniería total.
El covid- 19, nos cambio la vida para siempre, a todos. Esperemos que, pueda surgir una nueva clase política, que nos pueda llevar al desarrollo como país. Porque, lo que, si está claro es que el peruano es capaz de hacer todo, sin envidiar nada a los países desarrollados. Si no, como explicar que los científicos peruanos que le están poniendo huevos, en la búsqueda de la vacuna, para el covid-19, en una gallina.

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