LA OTRA PANDEMIA

En tiempos donde la pandemia del covid-19 arrasa ferozmente el precario y frágil sistema de salud. Y, desnudando todas deficiencias del sistema público.

Otra pandemia con el cual, convivimos hace siglos, hace estragos― la corrupción. El Estado de emergencia decretada por el presidente Martin Vizcarra, desde el 15 de marzo, para frenar la propagación del nuevo coronavirus. El gobierno desembolso a las instituciones públicas recursos económicos, para poder hacer frente a la pandemia, mediante las compras y adquisiciones de implementos de protección, productos de limpieza, víveres, etc.

Las adquisiciones y compras, en este estado de emergencia se hacen mediante “adquisición directa” al mejor postor― o quizás al mejor de los amigos.

Los primeros actos de corrupción comenzaron en la Policía Nacional, con compras sobrevalorados en implementos de protección, productos de limpieza, para los miembros de la Policía, quienes son la primera línea de defensa. La consecuencia de semejantes actos de corrupción desencadeno en la “renuncia” o “revocación” del cargo al Ministro del Interior, y en altos mandos de la Policía Nacional.

Los gobiernos locales no se quisieron quedar atrás. El Ejecutivo le otorgo la responsabilidad de adquirir y entregar canastas de vivires a la población vulnerable. Al igual, que paso con la Policía Nacional, la sobrevaloración de los productos fue un común denominador. A esto se sumó la entrega de productos en mal estado― algunos casos con gusanos― vencidos. Como si eso fuera poco, según la Contraloría General de la República más de mil funcionarios del sector público se beneficiaron con estas canastas, destinadas a la población mas vulnerable.

Lo lamentable, es que en tiempos donde se tiene hacer las gestiones de forma trasparente, eficaz y oportuna. Algunos malos funcionarios públicos, vean una mina de oro lucrando con las necesidades de la población. Mientras la mayor parte del país convive con el hambre, la muerte y el dolor que esta causando la pandemia.